Ser científica
Desde que era niña, siempre sentí curiosidad por la ciencia. Probablemente ya era científica de corazón, y esa curiosidad se consolidó con el tiempo, durante la escuela y el posgrado. Con el tiempo, decir que soy "científica" se convirtió en algo normal. Curiosamente, mi primer trabajo al salir de la escuela de posgrado fue "científico", lo que terminó validando todo el concepto de quién era yo. Así que podía decir con seguridad: Sí, soy científica.
Pero esa no es toda la historia. Cuando era joven, tuve un breve período en el que quise convertirme en diseñadora gráfica. Aún así, mi interés por la ciencia nunca desapareció. Hice y dibujé mis propias tarjetas de presentación y de felicitaciones como parte de mi negocio de diseño imaginario. A pesar de este amor temprano por el arte, cuando curse la escuela secundaria y descubrí la química y la biología, la idea de convertirme en científica se apoderó por completo de mí, porque, en mi mente, ¡era lo más genial que podía aprender!
Explorando el arte: ¿soy una artista?
En 2012, cuando me mudé a los EE. UU., la vida como la conocía en México ya no era la misma y decidí buscar un escape creativo. Exploré varias manualidades, saltando de un proyecto a otro y no pude resistirme a comprar herramientas y materiales de arte en tiendas estadounidenses. Creo que, en algún momento, estaba comprando más materiales que haciendo algún proyecto. Al final, mis proyectos siempre duraron poco. Nada perduró, hasta fines de 2014, cuando decidí hacer mis propias tarjetas navideñas. Pensé que estaba ahorrando dinero, pero, por supuesto, gasté más en materiales de lo que hubiera gastado en tarjetas compradas en la tienda (¡todos hemos pasado por eso!). Ese pequeño proyecto me introdujo a las acuarelas y, en 2015, estaba tan cautivada que me desafié a mí misma a crear una pintura de acuarela en miniatura todos los días durante un año.
Ese fue un punto de inflexión. No solo adquirí habilidades artísticas, sino que marcó el comienzo de mi exploración más profunda del arte. Desde entonces, he estado pintando y experimentando con diversas formas, desde la acuarela hasta el bordado y la encuadernación.
Sin embargo, cuando alguien me pregunta: “¿Eres artista?”, a menudo me quedo congelada sin saber que decir. Claro, creo arte, pero la etiqueta de “artista” me resulta extraña, como un disfraz que no me queda bien. Creo que es un caso clásico de síndrome del impostor (imposter syndrome). Si bien me siento segura de llamarme científica, dudo cuando se trata de decir: “Soy artista”. ¿Por qué? Porque no tengo un estilo único y cohesivo. Ni siquiera estoy segura de cómo describir mi trabajo: mis proyectos van desde ilustraciones botánicas hasta exploraciones inspiradas por la ciencia y expresiones culturales sobre México.
Entonces, ¿qué digo cuando alguien me pregunta sobre mi arte? ¿Pinto? Sí, a veces. ¿Hago libros de artista? Sí, he comenzado a hacerlo, pero aún no soy la mejor. ¿Bordo? Bueno, ocasionalmente. Tal vez “artista de técnica mixta” sea el término que debería usar. Es una lucha constante definirme, especialmente cuando la siguiente pregunta inevitable es: "¿En qué te enfocas?" Me siento un poco dispersa: botánica, ciencia, cultura. Pero en mi mente, todo encaja. Cada proyecto está conectado, incluso si parece caótico desde afuera.
Tal vez esta indecisión provenga de mi formación científica. Como bióloga estructural, estoy acostumbrada a capturar lo invisible: lo que determina la forma de una proteína o cómo es que funciona. Analizar estructuras implica la historia detrás de la evolución, funciones biológicas y mucho más. Mi lema es que cada estructura tiene una historia que contar. Luego, al hacer la transición al arte, a menudo me doy cuenta de que no estoy dejando atrás la ciencia, la estoy trayendo conmigo, traduciendo esas formas en nuevas expresiones. ¿La única diferencia? El arte no solo se trata de hechos; también se trata de lo que esos hechos e ideas evocan, lo que hace que comunicarlos sea mucho más complejo.
Un puente entre la perspectiva científica y la creatividad artística: el contexto lo es todo
He descubierto que algunas de mis ideas requieren mucho contexto. La conexión entre una abstracción visual y su inspiración científica no siempre es obvia. Tomemos, por ejemplo, una serie de ilustraciones botánicas cuidadosamente seleccionadas conectadas a través de sus entidades moleculares dictadas por la evolución (ver más aquí). Para mí, representa la conectividad de lo simple con lo complejo. Sin embargo, sin antecedentes, la audiencia tienen dificultades para comprender lo que están viendo o por qué es importante. Por eso decidí escribir este blog.
El fin de semana pasado, asistí a un concierto en el que el cantante describió el significado y el contexto de cada canción antes de interpretarla. Conocer las historias detrás de las canciones hizo que la música fuera más íntima y poderosa, como conocer mejor a un amigo. Me di cuenta de que el contexto moldea nuestra apreciación del arte y la música. Sin él, mi trabajo podría parecer disperso u oscuro, pero con él, espero revelar las conexiones ocultas que unen todo.
Para mí, el contexto transforma el arte de una colección de formas y colores a una narrativa. Quiero que experimentes esa transformación, que veas a través de mis ojos, tanto como científica como artista. Porque, en última instancia, todo lo que creo, sin importar cuán caótico pueda parecer, está cuidadosamente conectado en mi mundo entrópico.
Veo este espacio como un puente. Un lugar donde puedo combinar mi perspectiva científica con la expresión creativa, ofreciéndote la historia detrás de cada pieza. Se trata de entender el por qué y el cómo. En lugar de condensar mi identidad creativa en unas pocas palabras, quiero ofrecerte el panorama completo. Algunas publicaciones se centrarán en proyectos individuales, desglosando la ciencia que inspiró el arte y el proceso que le dio vida. Otras serán más temáticas, explorando preguntas más amplias como cómo comunicar visualmente ideas complejas o los sorprendentes paralelismos entre la investigación y la creatividad. Espere una mezcla de reflexiones personales, investigaciones y experimentos artísticos que podrían hacerle repensar la forma en que la ciencia y el arte interactúan entre sí.